Las baterías solares son los aparatos que en un sistema fotovoltaico de autoconsumo permiten almacenar la energía excedentaria que se produce mediante los paneles solares.
Las baterías solares, también conocidas como baterías fotovoltaicas, son acumuladores eléctricos que sirven para almacenar la energía eléctrica generada por las placas solares. El objetivo de estos aparatos es guardar la energía que no ha sido consumida, para poder hacer uso de ella en los momentos en los que no haya luz del sol, sin que ello suponga un coste extra para el lugar donde esté instalado el sistema de autoconsumo.
La batería se llena hasta su capacidad máxima y después vierte el resto de energía que se va generando a la red de distribución eléctrica para que la utilicen otros consumidores. De esta manera se obtienen compensaciones en la factura mensual.
La vida útil de una batería solar hace referencia al número de ciclos de carga y descarga a la que se puede someter este aparato a una determinada profundidad de descarga. La vida útil de una batería es proporcional a la profundidad de descarga habitual. Para que se entienda mejor, pondremos un ejemplo: si en una batería con una vida útil de 180 ciclos a una profundidad de descarga del 80% las descargas se reducen a un 30%, la vida útil de aumentará a más de 1000 ciclos.
La mayoría de las instalaciones fotovoltaicas producen más energía de la que se necesita a lo largo del día. La energía sobrante se puede almacenar en baterías para placas solares, de forma que se pueda hacer uso de ella cuando no haya luz del sol, sin necesidad de recurrir a la red eléctrica.
Existen distintos tipos de baterías solares, que se clasifican según la tecnología de fabricación o de los electrolitos que utilizan.
Estas baterías son de las más antiguas y, probablemente, las más utilizadas. Su eficiencia es de entre un 85 y un 95%. Las baterías para placas solares de ácido-plomo son capaces de entregar altas intensidades de corriente, lo que conlleva que sus celdas tengan una densidad de potencia alta. Es por ello por lo que resultan tan adecuadas para las instalaciones fotovoltaicas.
Además, estas baterías son las más baratas de todas las que se pueden encontrar en el mercado y suelen también en instalaciones aisladas, gracias tanto a su bajo coste como a su gran rendimiento.
Este tipo de baterías solares almacenan la energía a través de un combustible en estado líquido que es recargable y está compuesto de electrodos o nanopartículas. Este tipo de baterías son también de las más antiguas y su fácil fabricación permite precios económicos. Además, no dan demasiados problemas con las sobrecargas. Sin embargo, pueden perder líquido y su vida útil no es muy larga, aproximadamente de unos 400 ciclos de carga.
AGM significa Absortion Glass Mat, una tecnología que hace que las placas de plomo de la batería absorban el ácido de forma más rápida y eficiente. Este tipo de baterías son bastante modernas y el ácido se fija en fibras de vidrio que lo absorben. Ese sellado hace que las baterías AGM no requieran de mantenimiento y que su transporte sea más sencillo. Además, dado que soportan un gran número de ciclos, se utilizan a menudo en grandes instalaciones. Aunque su precio es más elevado, su vida útil es larga, y su funcionamiento es altamente eficiente, ya que apenas producen pérdidas cuando no se están utilizando. Por último, este tipo de baterías son resistentes en climas fríos.
Esta tipología contiene el electrolito gelificado y está sellado, por lo que no desprende gases tóxicos. Esto permite su instalación en lugares con poca ventilación. Son baterías muy duraderas que cuentan con hasta 800 ciclos de vida y que no necesitan mantenimiento. Su uso es recomendable en instalaciones pequeñas y medianas que requieren de una batería eficaz y eficiente.
La característica principal de este tipo de baterías es que se mantienen cargadas de manera constante, porque cuentan con un regulador que alimenta el consumo y las recarga cuando se produce una descarga. Es decir, las baterías estacionarias se descargan muy pocas veces. Existen baterías estacionarias OPzV o de electrolito absorbido, que son las que no necesitan mantenimiento, o baterías estacionarias OPzS y TOPzS (de electrolito líquido) que sí requieren de comprobaciones periódicas respecto a niveles de ácido.
Este tipo de baterías vienen muy bien en las instalaciones fotovoltaicas, dado que su vida útil es larga y sus ciclos de descarga profundos aportan buenos resultados ante cualquier tipo de consumo.
Estas tienen una carga más rápida que otros tipos de batería y, además, su densidad energética y su vida útil es mayir. Tampoco cuentan con efecto memoria, lo que hace que puedan descargarse por completo o por la mitad sin que la batería sufra. Por otro lado, las baterías para placas solares de litio son menos pesadas que el resto, lo que facilita su transporte, y tampoco necesitan mantenimiento, por lo que también se pueden utilizar en lugares sin ventilación. Este tipo de baterías solares se usan comúnmente en instalaciones fotovoltaicas del sector industrial, si bien su uso doméstico también se está extendiendo cada vez más.
Como vemos, cada tipo de batería tiene sus propias características y peculiaridades que las convierten en más o menos idóneas para las distintas instalaciones fotovoltaicas. En Ragas Solar trabajamos con las mejores marcas dentro del sector de las baterías solares, asesorando a nuestros clientes acerca de cuáles son las que mejor se adaptan a sus necesidades.
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Las baterías solares son un elemento muy importante a la hora de instalar un sistema fotovoltaico de autoconsumo. Y es que, gracias a ellas el citado sistema será independiente, ya que se encargan de almacenar la energía sobrante para poder utilizarla cuando los paneles solares no están generando energía, es decir, cuando no hay luz solar. Esto permite ahorrar aún más en la factura de la luz.
Baterías solares AGM: son idóneas para pequeñas instalaciones, como las autocaravanas. Son muy versátiles y no necesitan mantenimiento. Además, a pesar de que se someten a ciclos de descarga profunda, son muy eficientes y pueden recargarse. Su vida útil es de entre 5 y 10 años.
Baterías fotovoltaicas Monoblock: son adecuadas para instalaciones de bajo consumo o de uso esporádico. Cuentan con una vida útil de unos cinco años.
Baterías solares estacionarias: su uso está muy extendido en viviendas, puesto que responden muy bien en instalaciones con altos y continuos consumos.
Batería de litio: este tipo de baterías para placas solares son ligeras, compactas y tienen tiempos de carga rápidos. Se pueden utilizar para cualquier tipo de instalación fotovoltaica y no necesitan mantenimiento. Tampoco resultan contaminantes, por lo que una de sus principales ventajas es que son muy sostenibles. Quizá por ello son las más caras del mercado
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